El concepto de inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de una persona para manejar una serie de habilidades y actitudes. Entre estas habilidades se encuentran la consciencia de uno mismo; la capacidad para identificar, expresar y controlar los sentimientos; la habilidad de controlar los impulsos y posponer la gratificación; así como la capacidad de manejar la tensión y la ansiedad.
Se dice así por tanto, que esa persona es inteligente (hábil) para el manejo de los sentimientos.
¿Cómo manejar las
propias emociones en diferentes situaciones estresantes?.
¿Cómo
sobrellevar las diferentes situaciones de crisis en nuestra familia?.
¿Cómo
favorecer un ambiente familiar donde se promueva la expresión y comunicación de
los sentimientos?.
¿Cómo
acompañar a nuestros hijos, en sus diferentes etapas de su desarrollo vital?. ¿Cómo
ayudarles a que tengan un mejor control en situaciones de dificultad y de toma
de decisiones sobre su futuro y sus relaciones?
Según
Goleman, la inteligencia emocional se puede organizar en torno a cinco
capacidades:
La forma de resolver los conflictos, cuenta con tantas posibilidades como modos de mirar el conflicto. La inteligencia emocional propone abandonar antiguas creencias y estereotipos sobre cómo resolver los problemas. Y atrevernos a desaprender, para después abordar el conflicto desde la observación, la comprensión del otro, la escucha atenta y paciente, y desde una comunicación asertiva.
Alicia Martín Martín
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