lunes, 5 de octubre de 2015
lunes, 28 de septiembre de 2015
Dinámica familiar
La dinámica familiar hace referencia al conjunto de necesidades, obligaciones, responsabilidades, relaciones y etapas que se dan en la familia. Es a través de la dinámica familiar como se construye y se desarrollo la familia: afectos, lazos, vínculos, sentimientos, emociones, caracteres, personalidades, etc.
En toda familia se presenta una dinámica compleja que rige sus patrones de convivencia y funcionamiento.
Si esta dinámica resulta adecuada y flexible, es decir, funcional, contribuirá a la armonía familiar y proporcionará a sus miembros la posibilidad de desarrollar sólidos sentimientos de identidad, seguridad y bienestar.
Cada familia tiene su propia dinámica que se manifiesta a su manera, según su historia de vida, su cultura, et.
Al hablar de familia, hablamos de muchos tipos
de familias: nuclear, extensa o consangüínea, monoparental, ensambladas
o reconstituidas, adoptiva, sin hijos, provenientes de otras culturas, de
padres separados, unida por lazos afectivos (no legales o consangüíneos).
Se puede decir que los dos grandes objetivos
de toda familia, señalados por Estrada (1993), son:
1) Resolver las tareas o crisis que
va enfrentando la familia en las diferentes etapas de desarrollo.
2) Aportar los
complementos a las necesidades de sus miembros, con el objeto de
lograr una satisfacción en el presente y una preparación segura y adecuada para
el futuro.
Así, al constituirse una nueva pareja se
crean expectativas acerca de cómo se llevará a cabo la vida
futura en familia. Si se contempla tener hijos e hijas, el cómo cuidarlos,
atenderlos y lograr una armonía familiar… Sin embargo, diferentes factores intervienen en la manera como
se llevarán a cabo las relaciones entre la pareja, con los hijos y en la
familia. Estos factores abarcan desde la educación de la familia de origen de
cada miembro de la pareja, su escolaridad, edad, sexo, ingresos, expectativas y
situaciones no esperadas, como la no llegada de los hijos e hijas, el
nacimiento de hijos o hijas con retardo en el desarrollo o enfermedades
crónicas en algún miembro de la familia.
Todas estas situaciones hacen que tengamos que pararnos, reflexionar, valorar el peso de las demandas, valorar nuestros recursos para afrontarlas, y tomar decisiones.
Vivirlas como retos o como crisis, depende de cada uno.
A lo largo de la vida, las familias
atraviesan distintos tipos de crisis que según las características de las
mismas las podemos clasificar en crisis evolutivas o inesperadas.
Pero la realidad es que, entre las cosas que nos suceden y las consecuencias, media un componente cognitivo. Es decir, la interpretación que hacemos de la situación. Es por este motivo, que los seres humanos reaccionamos de formas distintas bajo estímulos similares.
Tanto las crisis evolutivas como las
crisis inesperadas pueden ser atravesadas por las personas/familias de
distintas maneras dependiendo de los recursos que tengan y de las experiencias
previas (adaptación a crisis anteriores). Teniendo en cuenta esto, habrá
familias que puedan pasar por estos períodos de cambios con mayor facilidad y
capacidad de adaptación y otras no tanto.
Estas interpretaciones que hacemos están condicionadas por los estilos de personalidad y experiencias previas... pero se pueden entrenar.
El ciclo vital familiar está
inmerso en la cultura y costumbres a la que pertenece la familia, por lo
que no podemos decir que haya formas correctas o incorrectas de pasar por las
diferentes etapas.
Como hemos dicho, a lo largo de la vida de todas las personas, parejas y familias, se producen cambios.
Se denominan crisis evolutivas a aquellos cambios por los que pasan de forma esperada la mayoría de las familias.
Pero pueden ocurrir también crisis no normativas. Es decir, hechos inesperados o no previstos, como la separación y el divorcio, un accidente, la pérdida de un familiar, la pérdida del trabajo...
Ante todas estas crisis, se pueden adoptar dos posturas radicalmente diferentes: introducir cambios para seguir creciendo y madurar, o quedarse estancado y retroceder.
La OMS define Salud Familiar
como la salud del conjunto de los miembros en términos de funcionamiento
efectivo de la familia. Según Horwitz Campos y otros, puede considerarse como el
ajuste o equilibrio entre elementos internos y externos del grupo familiar, la
capacidad de la familia para adaptarse y superar las crisis.
¿Cómo
afrontáis vosotros las situaciones de crisis?.
Alicia Martín Martín
viernes, 11 de septiembre de 2015
Propuestas de películas y vídeos para: "COMPRENDER CÓMO FUNCIONAN LAS EMOCIONES"
Pero para ello, es necesario aprender primero a escuchar y reconocer nuestras emociones.
Podemos entender y aprender más sobre nosotros, sobre cómo funcionan nuestras emociones, desde un trabajo personal de autoconocimiento y redescubrimiento. Pero también, escuchando otras experiencias que nos permitirán identificarnos y nos ayudarán a entendernos y aceptarnos.
Para la comprensión y análisis de nuestras actitudes, pensamientos y sentimientos, también es muy útil servirnos del cine, la literatura y la música.
Por lo que os animo a ver una serie de películas y cortos que tratan el tema de las emociones:
Para empezar, os indico el link donde se muestra el análisis hecho por una psicóloga, de una película que está muy de actualidad "Inside Out" (Del Revés). Que ayuda a aprender sobre las emociones tanto a niños como a adultos.
Interesante análisis, y recomendable película:
Siguiendo con los más pequeños, en este link se muestran diversos vídeos con los que también podremos ayudarles a entender y aprender sobre las emociones:
Para finalizar, os dejo unas propuestas para los más grandes, sobre otras películas sobre inteligencia emocional:
¿Alguien se anima a hacernos alguna sugerencia de otras películas o cortos relacionados con el tema?
¡¡¡Escribirnos vuestras sugerencias.!!!
Espero que disfrutéis mayores y pequeños con una tarde llena de cine, y que os ayude a seguir creciendo y compartiendo en familia.
Alicia Martín Martín
miércoles, 9 de septiembre de 2015
Lecturas sobre Inteligencia Emocional
Maurice J. Elias
- "Educar con Inteligencia Emocional". (Ed. Debolsillo):
Sugerencias, actividades y consejos prácticos, que ayudarán a los padres a utilizar sus emociones del modo más positivo. En las páginas de este libro, los padres aprenderán a comunicarse con sus hijos en el nivel más profundo y gratificante, y a ayudarles a salvar con éxito el intrincado laberinto de las relaciones con los demás. Tomando los cinco principios básicos Daniel Goleman, Inteligencia Emocional, los autores explican cómo aplicarlos para obtener buenos resultados en la educación de los niños. Con este fin, ofrecen sugerencias, actividades y consejos prácticos, que ayudarán a los padres a utilizar sus emociones del modo más positivo en asuntos tan cotidianos como la rivalidad entre hermanos, conflictos con los amigos, situaciones escolares diversas o la presión ejercida por los compañeros.
Mireia Golobardes y Sandra Celeiro
- "Inteligencia emocional para niños. Guía práctica para padres y educadores". (Ed. Planeta):
¿Cómo podemos enseñar a los más pequeños a gestionar sus emociones?. ¿Cómo ayudar a nuestros hijos a mejorar en sus relaciones con los demás?. ¿Cómo facilitarles su capacidad para identificar sus emociones y auto-conocerse para poder enseñar con su propio ejemplo la inteligencia emocional?. Ayudar a nuestros hijos a utilizar la I.E. es ayudarles a tener habilidades para afrontar los retos de la vida cotidiana con confianza y seguridad en ellos, en los demás y en el futuro. Este libro pretende poder entender y reflexionar sobre la IE en niños y adolescentes y aportar algunas herramientas prácticas útiles en el día a día tanto en casa como en la escuela. En este libro se va combinando teoría y práctica, con muchos ejemplos, ejercicios, cuentos, fichas para aplicar.
- "Educar sin ira". (Ed. La esfera de los libros):
Un manual de autocontrol emocional para padres e hijos de todas las edades. A mayor implicación emocional, más dificultades existen para actuar de manera estable. De ahí que los padres necesiten controlar sus propias emociones en todas las etapas educativas. Sobre todo porque los niños irán adquiriendo sus mismas tendencias a hacer las cosas deprisa y muchas veces mal, a ser impacientes e intransigentes y a sentirse frustrados por no saber detenerse a tiempo. Este manual enseña autocontrol emocional para educar sin ira y a no tirar la toalla cuando surgen los problemas. Su autor ofrece numerosas estrategias y técnicas para saber cómo favorecer la seguridad, la confianza y el optimismo en nuestros hijos.
Daniel Goleman
- "Inteligencia Emocional". (Ed. Kairos):
El coeficiente de inteligencia (CI) ¿determina nuestro destino?. Mucho menos de lo que pensamos. En este libro Goleman sostiene que nuestra visión de la inteligencia humana es estrecha, pues soslaya un amplio abanico de capacidades esenciales para la vida. La Inteligencia Emocional.
Entender y educar a nuestros hijos
Josefina Aldecoa:
- "La educación de nuestros hijos. De 0 a 14 años"(Ed. Temas de Hoy)
Reúne los conocimientos pedagogos y psicológicos de cinco prestigiosos especialistas para ofrecer el más completo manual de los aspectos educativos de los niños desde su nacimiento hasta los 14 años, el difícil periodo de la adolescencia. Estructurada por etapas, da respuesta a las preguntas más habituales y a las que tal vez no nos hacemos pero deberíamos hacernos para la salud psicológica, emocional e intelectual de nuestros pequeños.
Jose Antonio Marina:
-"El cerebro infantil: la gran oportunidad" (Ed. Ariel)
Es estudio del cerebro ha tenido resultados espectaculares en los últimos años, pero estos conocimientos se han aplicado más en la clínica que en la escuela y en la educación de nuestros hijos. Este distanciamiento no es sensato. Del cerebro dependen nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra personalidad. Y es muy importante que padres y docentes conozcamos su funcionamiento, porque el cerebro es la fuente de oportunidades de nuestros hijos y alumnos. No se trata de que todos nos hagamos neurólogos, sino de que tengamos una idea general de cómo funcionamos, de la razón biológica de nuestras capacidades y de nuestros problemas. Debemos exigir a los neurocientíficos que investiguen en este terreno y utilizar después sus conocimientos.
Es estudio del cerebro ha tenido resultados espectaculares en los últimos años, pero estos conocimientos se han aplicado más en la clínica que en la escuela y en la educación de nuestros hijos. Este distanciamiento no es sensato. Del cerebro dependen nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra personalidad. Y es muy importante que padres y docentes conozcamos su funcionamiento, porque el cerebro es la fuente de oportunidades de nuestros hijos y alumnos. No se trata de que todos nos hagamos neurólogos, sino de que tengamos una idea general de cómo funcionamos, de la razón biológica de nuestras capacidades y de nuestros problemas. Debemos exigir a los neurocientíficos que investiguen en este terreno y utilizar después sus conocimientos.
- "Las necesidades básicas de la infancia: Lo que cada niño o niña necesita para vivir, crecer y aprender" (Ed. Grao)
Las relaciones afectivas que los pequeños han de tener con sus progenitores, las condiciones que deben cumplir los centros infantiles, las interacciones que niños y niñas necesitan para crecer y aprender, los cuidados en grupo, las medidas de custodia, de acogida y adopción, las relaciones de la familia con la escuela, la conciliación de los horarios laborales y familiares, etc. Una guía clara y útil para madres, padres, maestros, jueces, trabajadores sociales, responsables de planificación política y todas aquellas personas involucradas y preocupadas por el bienestar infantil.
jueves, 3 de septiembre de 2015
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
El concepto de inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de una persona para manejar una serie de habilidades y actitudes. Entre estas habilidades se encuentran la consciencia de uno mismo; la capacidad para identificar, expresar y controlar los sentimientos; la habilidad de controlar los impulsos y posponer la gratificación; así como la capacidad de manejar la tensión y la ansiedad.
Se dice así por tanto, que esa persona es inteligente (hábil) para el manejo de los sentimientos.
¿Cómo manejar las
propias emociones en diferentes situaciones estresantes?.
¿Cómo
sobrellevar las diferentes situaciones de crisis en nuestra familia?.
¿Cómo
favorecer un ambiente familiar donde se promueva la expresión y comunicación de
los sentimientos?.
¿Cómo
acompañar a nuestros hijos, en sus diferentes etapas de su desarrollo vital?. ¿Cómo
ayudarles a que tengan un mejor control en situaciones de dificultad y de toma
de decisiones sobre su futuro y sus relaciones?
Según
Goleman, la inteligencia emocional se puede organizar en torno a cinco
capacidades:

La forma de resolver los conflictos, cuenta con tantas posibilidades como modos de mirar el conflicto. La inteligencia emocional propone abandonar antiguas creencias y estereotipos sobre cómo resolver los problemas. Y atrevernos a desaprender, para después abordar el conflicto desde la observación, la comprensión del otro, la escucha atenta y paciente, y desde una comunicación asertiva.
Alicia Martín Martín
viernes, 28 de agosto de 2015
¿Habéis sobrevivido a las vacaciones en familia?
Las vacaciones… ¡Ese tan ansiado momento!.
Momento para descansar, desconectar,
disfrutar…
Esas son las expectativas que todos
tenemos de las vacaciones. Pero luego está la realidad: agobios, frustraciones,
discusiones, conflictos…
Porque nuestras expectativas y las del
resto no siempre son compatibles.
Todos queremos vacaciones, pero no
siempre coincidimos en el destino soñado. O puede que coincidamos en el
destino, pero está la realidad económica.
Todos queremos descansar, pero hay quien
siente que no descansa, al tener que atender a toda la familia. Porque no
siempre hay un reparto equitativo de roles durante las vacaciones. Y la persona
con más carga de tareas domésticas piensa: ¿Cuándo descanso yo?. ¿Para cuándo
mis vacaciones?.
Todos queremos disfrutar, tener nuestro
espacio de descanso, de paz, sin obligaciones, ni agobios, seguir nuestro propio
ritmo…
Pero la convivencia no siempre es fácil. ¡Y
menos cuando estamos 24 horas juntos!. Da igual que sea con tu pareja, tu
familia o tus amigos. ¡Todos necesitamos de nuestros espacios!. Una convivencia intensa, donde hay que
adaptarse a otros ritmos y formas de hacer, a otras manías, rutinas y otros
puntos de vista. Lo que acaba generando desacuerdos y roces que desembocan en
estrés, tensiones y conflictos.
Porque a veces nos cuesta adaptarnos a
nuevas rutinas y roles. O porque estamos acostumbrados a vivir solos y tanta
compañía llega a estresar y asfixiar. O bien porque durante el curso, las
obligaciones laborales, personales y familiares hacen que no compartamos tanto
tiempo junto a nuestra pareja. Por lo que la convivencia vacacional nos llega a
agobiar. O porque esas obligaciones nos tienen tan ocupados, que en realidad no
hay tiempo para resolver los conflictos que van surgiendo durante el curso. Por
lo que esos conflictos se arrastran, se tapan con otras preocupaciones. Pero
durante las vacaciones reaparecen, con la convivencia continua y la cercanía.
O porque decidimos pasar las vacaciones
con la familia extensa, pero al cabo de los días surge la necesidad de marcar
límites por parte de todos. Sentimos la necesidad de defender nuestros espacios,
opiniones, decisiones, formas de hacer… Llegándonos a sentir cuestionados, juzgados,
no valorados, utilizados… Se pierde la paciencia y ya no hay tanta tolerancia
ni respeto como al principio…
O porque las vacaciones, al ser un
momento de parar y hacer balance de nuestro año, salen nuestras frustraciones
personales, laborales, familiares... Por lo que nos volvemos más irascibles y
susceptibles. Lo que no facilita la convivencia.
Además de la presión añadida, con el
pensamiento de que “las vacaciones son para
disfrutar de la familia”.
Y cuando no se cumplen las expectativas
que traíamos en la maleta, aumenta nuestra frustración, surgiendo más
recriminaciones y conflictos.
Son momentos en los que hay que aprender
a adaptarse y flexibilizarse. Es normal que se discuta. El problema está cuando
hay conflictos no resueltos.
Las crisis son oportunidades de
crecimiento. Los conflictos nos dan la oportunidad de reflexionar, evaluar, cambiar
lo que no nos gusta y recomenzar.
La dificultad está en saber manejar las
emociones que surgen tras una discusión, un conflicto o un cambio. ¡Ese es el
reto de toda pareja o familia!.
Las fortalezas de una familia están en adquirir las competencias y habilidades a nivel individual y de grupo, para afrontar situaciones adversas o de estrés, identificar las necesidades y encontrar soluciones a los problemas.
Es decir, adquirir las herramientas que contribuyan a mantener la armonía y cohesión familiar, a pesar de las dificultades.
Y dentro de esta mochila de herramientas, encontramos la inteligencia emocional y la capacidad de resiliencia. Aspectos que abordaré en próximos artículos.
Alicia Martín Martín
viernes, 22 de mayo de 2015
Servicio de Orientación familiar y educativa
REINVENTÁNDONOS
Servicio de
orientación familiar y educativa
reinventandonos.orientafamilia@gmail.com
Tlf. 679 819 002
· SERVICIO DE ORIENTACIÓN FAMILIAR:
Servicio
de atención a familias que están pasando por un momento de dificultad o
conflicto en su dinámica familiar.
- Orientación familiar: atención a familias
que están atravesando alguna situación
de dificultad o crisis.
- Mediación y resolución de conflictos
- Escuela de familias: actividades de
formación y reflexión con otras familias.
- Compartiendo en familia: espacio donde aprender
a comunicarnos y a
relacionarnos a través de actividades lúdicas.
·
SERVICIO DE ORIENTACIÓN EDUCATIVA:
Espacio
de acompañamiento y orientación individual y/o grupal, a aquellas personas que
estén pasando por un momento de crisis personal, y necesiten adquirir
herramientas para afrontar este momento vital.
-
Intervención individual
-
Intervención grupal: niños y
adolescentes
·
FORMACIÓN:
-
Escuelas de padres
-
Desarrollo personal
-
Formación de formadores
Si quieres saber más sobre el servicio (precios, horarios, etc)
puedes contactar sin ningún compromiso, a través de:
reinventandonos.orientafamilia@gmail.com
Tlf.
679 819 002
lunes, 18 de mayo de 2015
lunes, 4 de mayo de 2015
martes, 14 de abril de 2015
La importancia de conservar nuestro espacio
En las relaciones familiares, uno de los
grandes retos que se nos presentan, es cómo conservar el espacio personal
dentro de ese enjambre llamado dinámica familiar.
Conocemos a una persona que nos hace
sentir especiales y por la que nos animamos a desarrollar nuestro mejor
“yo”. Decidimos que queremos que sea
nuestro compañero o compañera de viaje. Y nos embarcamos con mucha ilusión en un
proyecto en pareja, que se convierte en proyecto de familia.
Pero con el paso del tiempo, con las
obligaciones diarias, las dificultades que nos encontramos en cada etapa, el
cansancio, los miedos, los agobios… esa ilusión inicial se va apagando.
Y sin saber cómo, también nos perdemos a
nosotros mismos.
Porque además de ser madres/padres o
pareja, somos personas. Pero en el día a día, hemos perdido nuestra esencia
como individuos. Hemos pasado a ser solo “mamá” o “papá”. Incluso el espacio de
pareja se ve afectado. ¿Cuántas veces os dedicáis un tiempo a estar realmente
en pareja?. Y no me refiero solo al tan esperado momento en el que los niños se
van a la cama y por fin… ¡¡podéis dormir!!.
Es importante que cuidemos esos espacios
de pareja, pero sobre todo, es importante que cuidemos los espacios propios.
Donde solo estemos con nosotros mismos. Bien sea recuperando aquello que
dejamos de hacer, una vez nos iniciamos en ese proyecto de familia. O bien sea no
haciendo nada. Simplemente el permitirnos tumbarnos, escuchar música y
recuperar sueños.
A veces, esa dinámica del día a día nos
mete en una rueda que arrastra de nosotros, sin ni siquiera darnos cuenta de
cómo estamos.
Y cuando nos desconectamos de nosotros
mismos, es cuando dejamos de ser capaces de disfrutar. Porque ni siquiera somos
capaces de valorar lo que hacemos y tenemos.
Cada uno que reflexione cuánto tira esa
rueda de vosotros, y cuánto margen le dejáis para que os arrastre.
Yo os invito a parar un momento y
reencontraros. A recuperar sueños e identidad. Y si hace falta… a reinventaros.
Alicia Martín Martín
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Artículos de interés,
Reflexiones
jueves, 12 de marzo de 2015
¿Sabemos comunicarnos?
No deja de sorprenderme cada vez que miro
a mi alrededor, el constatar que a pesar de estar en una cultura digital, donde
tenemos al alcance numerosos canales para comunicarnos con los demás, estamos
perdiendo la capacidad para hablarnos y escucharnos.
Continuamente estamos conectados con los
demás, tenemos múltiples conversaciones en paralelo con el wassap, somos
capaces de hablar a la vez por movil y por chat…
Las nuevas tecnologías nos permiten
contactar con gente que está a miles de kilómetros de distancia al instante.
Nos permiten reencontrar antiguos amigos o compañeros de colegio...
Y sin embargo, nos olvidamos de hablar con
la persona que tenemos al lado. Ya no sabemos hablar mirándonos a la cara. Ya
no sabemos dedicarle la atención que esa persona necesita y se merece. Ya no
sabemos estar al lado de esa persona, aunque sea en silencio, sin hacer nada
más, simplemente disfrutando de esa intimidad.
Y en aquellos casos en los que sí buscamos ese momento para conversar, no siempre sabemos o nos atrevemos a compartir
nuestras preocupaciones y miedos.
Nos es más fácil expresarnos tras la
pantalla del ordenador o móvil. Nos refugiamos en ese escudo protector, que
evita que los demás detecten nuestros sentimientos, permitiéndonos elegir muy
bien nuestras palabras antes de enviar el mensaje. Nos permite coger el
suficiente valor, como para decir a esa persona lo que sentimos… y sin embargo ¿nos
atreveríamos a decírselo cara a cara?. ¡Parece tan fácil la comunicación así!.
Pero… ¿lo es de verdad?.
¿Cuántos de vosotros no habéis
experimentado algún malentendido, enfado, distanciamiento, por algo dicho en un sms?.
O por una respuesta que nunca llegó porque no se leyó, o porque la otra persona
no entendió que se esperaba una respuesta por su parte.
¿Es realmente tan fácil la comunicación
digital?. ¿Nos solemos sentir escuchados?. ¿Podemos identificar realmente los
sentimientos de la otra persona?.
La comunicación no solo son palabras
dichas o escritas. Para su verdadera comprensión tienen que ir acompañadas de
emoción, transmitida con un tono de voz determinado, una mirada, una postura
corporal…
Pero la comunicación, aun siendo cara a
cara, no siempre es fácil.
¿Cuántas veces hemos oído la frase de “me
siento solo aún estando rodeado de gente”?. ¡¡Y qué cierta es!!.
No todo el mundo tiene a alguien con quien
realmente pueda compartir sus sentimientos más profundos. No todo el mundo se
siente realmente escuchado o comprendido cuando consigue compartir sus miedos.
Porque no hemos aprendido a escuchar de
verdad, a hacer una escucha activa. Y porque no nos atrevemos a expresar del
todo nuestros pensamientos y sentimientos, cuando estos no son “socialmente
aceptados”. Estamos en una sociedad donde hay que aparentar que todo va bien, para
ser aceptado, ser exitoso y conseguir la felicidad.
Sin embargo, todos tenemos miedos y
sentimientos contradictorios. Todos sufrimos de una u otra manera ante las
frustraciones vitales. Y encima no podemos permitirnos expresarlo, porque al
hacerlo recibimos la coletilla de “no es para tanto”, “no hay que llorar por eso”, “hay
que ser fuerte”, “hay gente en peores circunstancias”…
¿Esas frases realmente consuelan?. ¿O encima nos autocensuramos por
tener esos pensamientos?.
Hay gente que consigue encontrar vías para
canalizar esos sentimientos temporalmente (correr, nadar, gritar,...). Pero al no compartir ese miedo, enfado, frustración… el sentimiento no desaparece del todo. Solo se adormece, como un cocodrilo esperando la
siguiente situación para atacar de nuevo...
¡Qué difícil es reconocer qué te está
pasando y encima encontrar las palabras adecuadas para expresarlo!. ¡Qué
difícil es realmente encontrar gente que nos haga sentir escuchados y
comprendidos!.
Pero por suerte, todo se puede aprender…
La comunicación y la inteligencia emocional se pueden mejorar.
¿Y tu?. ¿Sabes realmente escuchar y acoger
las emociones de otras personas?. ¿Sabes identificar y expresar las tuyas?. ¿O
eres de los que se ocupan el tiempo y la mente para no pensar?.
Alicia Martín Martín
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